Los restos fueron recibidos por representantes de la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, Sacapulas. Previo a su inhumación en el cementerio del lugar, los osarios fueron colocados en un altar, elaborado en el templo católico de la cabecera municipal de Sacapulas, en memoria de los mártires de la Diócesis del Quiché, martirizados durante el conflicto armado.
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